Para muchas culturas las montañas han sido y son lugares sagrados. Tierras que separan naciones y unen pueblos, lugares donde el hombre percibe fuerzas que apenas entiende y que sintiendo su intensidad,"se siente" libre. Y así busca su fuerza, su energía, su placer, en las alturas, en los vientos, en los colores, en los otros. Compartiendo el mundo con los dioses...Y yo me incluyo.
He aquí algunos de esos momentos
Quinto día y último. Este más corto que hay que volver a
casa. La subida al Tuc de Porth es sencilla, en su descenso vamos uniendo
lagos hasta que llega un momento que tenemos que buscar los desagües de alguno para ir
uniéndolos, vamos bordeando sus orillas donde el importante espesor aún acumulado y con este calor de primavera avanzada forman grietas que recuerdan a las de un
pequeño glaciar. Asi, apurando neveros tomamos la pista donde arrancamos hace
5 días para llegar a los coches. Allí, Mikel
Pérez, Jon.Txema, José Mayora, Pitxu, Jesús, Kalku, Alazne, Txepi y un
servidor nos repartimos en los coches para vuelta y no despedimos hasta la
próxima con esquís, que todavía quedaría esta temporada, pues ganas no faltan
Son varias las entradas
de este blog por estos caminos (os dejo al final una entrada ya vieja, esta con calor),
quería huir del barro y sacar fotos de estos lares que tan pocas veces ven la
nieve. Fue una mañana muy fría, bajo cero, los caminos embarrados y congelados
permitían andar rápido, llegando al Hipogeo de Longar (curioso enterramiento
datado entre el 2650 y 2500 a.c.) el tramo de pista asfaltado es una gran
plancha de hielo que me obliga a andar con la bici en la mano por encima de
todos los pinchos, después el terreno irregular bajo un buen espesor de nieve
me hace bajar muchas veces de la bici. Cuál es mi sorpresa cuando al llegar
al Alto de los Bojes ¡ha pasado un quitanieves!, sin embargo esto me permite
avanzar pues la nevada parece importante, es curioso pedalear oyendo el crujir
de la nieve y el hielo, con patinazos de vez en cuando y dando acelerones para pasar los ventisqueros,
las vista son espectaculares. Busco el camino que baja a Aguilar de Codés pero ha
desaparecido bajo la nieve, continúo por la pista hasta la carretera donde
muchos turistas han subido a pisar la nieve, algunos se llevan buenos sustos pues no se esperan que con este frío que les adelante un fulano en bici. Localizo la pista que baja a
Marañón pero me encuentro al dejar la carretera con más de medio metro de nieve
acumulada, empujo la bici pero en esta vertiente norte no ha venteado y me hundo
hasta tapar los platos ¡quién tuviera los esquís!. El tiempo corre y decido darme
la vuelta, deshago lo andado y continuo por la pista de los molinos hasta encontrar el punto donde cruza el camino que viene de Aras y baja hasta Azuelo. Todo el valle de Aguilar está nevado,
parece un país nórdico. No queda sino bajar hasta Viana, en una bajada larga y
mantenido, el barro ya se ha descongelado y llego a casa totalmente rebozado. Fin
Hipogeo de Longar
Subiendo al Alto de los Bojes
Valle del Ebro detrás, tras pasar el Alto de los Bojes
Sierra de Marañón, al fondo la Sierra de Codés
Ioar y Valle de Aguilar
Peña del Castillo o León Dormido, en la unión de la pista de los molinos con la carretera a La Población
Pista que bordeando la Peña del castillo baja a Marañón, hay nieve hasta cubrir los platos, no consigo avanzar pedaleando, pasa el tiempo y decido darme la vuelta
Continúo por la pista de los molinos, cruzo el Ato de Aguilar y sigo la misma pista hasta en cruce con otra que une Azuelo, en el valle de Aguilar y Aras, este camino continua ya hasta Viana
Una entrada con vídeo de hace años, por estos caminos y con calor
Otro día más y van cuatro. Esa mañana
enfilamos hacia el norte en una larga media ladera hasta que vemos el monte,
nos dirigimos hacia su cumbre haciendo zetas cada vez mas empinadas hasta llegar con las tablas muy cerca de su cima. Una vez
arriba andamos unos metros buscando la vertiente que baja hacia el refugio de Saboredo.
Me gustaría saber cuántos grados tenía aquella pendiente, pero me pareció muy,
muy tiesa, tanto es así que el compañero que iba delante desaparecía de la
vista en la pendiente en cada giro. Así, en un pispas llegamos al pequeño refugio
de Saboredo, me contaron que lo acaban de ampliar, debía ser entonces poco más que una chabola con el espacio
justo para el guarda y algún montañero. Almorzamos tranquilos en el refugio
charlando con el guarda y después, para bajar el picoteo, vamos subiendo poco a poco hasta el Tuc Dera Sendrosa, esquiable hasta
arriba. Ya en la cima y para buscar el descenso bajamos unos metros por la cresta
hasta que vemos una canal orientada al Circo de Colomers. La nieve está dura y tiene bastante pendiente, nos lo
pensamos, unos cuantos ponemos crampones y vamos destrepando, los más lanzados se tiran desde arriba, yo los veo esquiar con
cierta aprensión, un resbalón provocaría una larga caída por este tobogán, pero
estos valientes dominan la situación sin problemas. Después ya agrupados
continuamos descenso para finalizar dando revueltas entre pequeños lagos, llegando así al refugio de Colomers, situado a la orilla del lago, en un sitio precioso.
No queda hoy sino relajarse al sol de primavera
hacia el Tuc de Ratera
panorámica desde la cima del Tuc de Ratera
El descenso que acabamos de hacer desde la cima del Tuc de Ratera