Para muchas culturas las montañas han sido y son lugares sagrados. Tierras que separan naciones y unen pueblos, lugares donde el hombre percibe fuerzas que apenas entiende y que sintiendo su intensidad,"se siente" libre. Y así busca su fuerza, su energía, su placer, en las alturas, en los vientos, en los colores, en los otros. Compartiendo el mundo con los dioses...Y yo me incluyo.
He aquí algunos de esos momentos
Esta travesía comienza cada día con un ojo en la meteo y
otra en el cielo. Y así hoy comenzamos el cuarto día con la peor meteo de la
semana. Toca etapa corta, con el objetivo principal de visitar la muralla de
Gavarnie con opción de hacer el Pimené. Sin embargo salimos de refugio bajo el
agua y así seguiremos hasta que acabemos la etapa. Solo podríamos intuir las
cascadas y la pared de Gavarnie entre las nubes y la cortina de agua.
Acabaríamos en un albergue del CAF en Gavarnie, la Grange De Holle, donde todos
apretados pasamos el resto de la tarde. Aquí parece el COVID no ha existido, lo
que tendría luego sus consecuencias.
Por fin en nuestro quinto día salimos con un
día de visibilidad que parece va a durar. Empezamos a caminar bajo el Corredor Swam en la norte de los Astazus. El sendero
discurre por las praderas del valle de Oulettes d’Ossoue, repletas de
flores, que hacen que caminar sea una delicia. Siempre con el
Vignemale enfrente. A la altura del lago “Barrage d’Ossoue” comienza el
costarrón que superando 900 metros de desnivel nos lleva hasta refugio de
Bayssellance. Como no podía ser de otra forma esta semana, las nubes tapan el
Vignemale y entre ellas llegamos al Collado de Bayssellance donde no vemos mas
que a nosotros. Y en estas condiciones vamos bajando hacia el refugio de
Oulettes de Gaube, donde la niebla despeja pero aún sin poder ver la
norte del Vignemale. Queda para el día siguiente
También queda uno de los mejores momentos del día, como las
tardes anteriores pasaremos un rato divertido compartiendo una jarra de vino.
El Circo de Gavarnie, bajo la lluvia
Los Astazus nos contemplan
Caminando por el jardín del Valle de Oulettes d’Ossoue
. Al fondo, entre nubes, el Vignemale
Empieza la subida al refugio de Baysellance
Subiendo al refugio de Baysellance, las vistas no permiten aburrirte
Refugio de Baysellance
Miguel y Héctor, detrás se intuye el Petit Vignemle
Aprovechando un fin de semana familiar en la Selva de Oza, me escapo al Castillo de Acher, que por algo domina imponente este rincón. Ademas la ascensión es una senda bien pisada que rápidamentete te lleva a su cima. Y en días como hoy no está de más que sea así. A las 10 de la mañana estábamos 15 personas en la cumbre y en la bajada, desde la base de la canal que da acceso al valle cimero, una hilera continua de gente ascendía desde las márgenes del bosque. Es lo que tiene agosto, en una cumbre popular y en tiempo de pandemia
curiosidad
El monte desde el Camping Selva de Oza
remoloneando en la cumbre, con el Bisaurín enfrente
Esta tercera etapa une los refugios de Pineta y Espuguettes. Hay dos collados clave a elegir, el primero y la opción que más nos gustaría, es a través del Balcón de Pineta y el Collado de Tucarroya. La otra opción es a través del Puerto Nuevo de Pineta, más seguro con mal tiempo. La meteo se prevé mala otra vez.Es el tercer día de mal tiempo continuado, y el cuarto desde que llegamos a Bujaruelo. Sin embargo esa mañana salimos sin una nube en el cielo, en el camino vamos dudando que opción elegir. Al final un vistazo a los barómetros de los relojes nos hizo decidirnos por el Puerto Nuevo de Pineta. Resultando una agradable sorpresa, un collado con mucho ambiente de alta montaña, con amplios horizontes mientras dejamos muy,muy abajo, el Valle de Pineta. Cambia de forma radical el paisaje hacia el norte, por donde en pocos metros y bordeados por grandes paredes nos lleva a la cabecera del valle de Estaubé. Rodeamos esta con poca pérdida de altura hasta encaramarrnos a la Hourquette d’Alans. De aquí, por suaves praderas, llegaríamos al refugio de Espuguettes .Al final la predicción se cumplió, pero tarde, llegando bajo la lluvia a este último refugio
Picos de Pineta y Garién, nada más salir
Vertiente aragonesa del Puerto Nuevo de Pineta
El Valle de PIneta, llegando al Puerto Nuevo de PIneta
a la izquierda entre la roca y el verde, la Hourquette d'Alans. siguiente paso
Bordeando la cabecera del Valle de Estaubé
Llegando a la Hourquette d'Alans
Refugio de Espuguettes
Espectaculares vistas desde el Refugio de Espuguettes
La Alta Ruta de los Perdidos es un recorrido circular que
seguro que muchos teníamos en mente, pues discurre por algunas de las
partes más alpinas del Pirineo Central. Es una ruta que parte de San
Nicolás de Bujaruelo y une los refugios de Gòriz, Pineta, el pueblo de
Gavarnie, y los refugios de Espuguettes y Les Oulettes de Gaube.
Faja de las Olas
Voy la tarde anterior a San Nicolás de Bujaruelo,
las tormentas van y vienen sin parar durante toda la tarde y la noche, y como
voy solo y las previsiones son de más tormentas de madrugada y tras el mediodía,
decido dar un buen madrugón. Cuando salgo empieza otra vez a llover con ganas y
a tronar y eso me hace retrasar la salida. Al final
decido arrancar bajo el agua y como se preveía deja de llover y los
truenos se van quedando en el horizonte. Al llegar al Collado de Bujaruelo el
tiempo empeora de nuevo, la niebla lo cubre todo, hace mucho viento y graniza. En
estas condiciones enfilo el sendero que me lleva al Refugio de Serradets, siguiendo las trazas en el manto blanco que en el suelo ha dejado el granizo. A unos 2400 metros y bastante antes
de la cascada de Serradets empieza la nieve, allí adelanto a unos franceses que van en
pantalón corto, sin crampones, ni piolet ni bastones. Yo me pongo los
pinchos y sigo entre la niebla buscando el mejor recorrido posible hacia refugio.
Una vez en el la niebla se cierra completamente y entro en el
"witheout". Gracias al GPS llego hasta la Brecha de Rolando al tacto,
una vez allí el viento incluso dificulta mantenerse de pie, los muros que forman la
brecha apenas son visibles, así que sin hacer una foto enfilo hacia mí derecha
buscando las zonas menos pendientes para bajar. Al acabar la nieve sigo
los mojones entre la niebla que va disipándose. Con buena visibilidad atravieso los Collados de Millares y del Descargador mientras voy alucinando con la
cantidad de agua que cae por todas partes en cascadas. Incluso
fuertes corrientes discurren por el fondo de las grietas que voy
sorteando. Al final sale el sol y llego a Gòriz con una sonrisa de oreja a
oreja después de una jornada intensa
En las Clavijas de la Faja de las Olas
En el refugio me encuentro con un grupo de cuatro amigos de
Albacete con los que había coincidido en Bujaruelo el día anterior. Con este
tiempo decidieron, con buen criterio, subir hasta aquí por la pradera. No
conocían la zona así que el recorrido aunque no era el original les había encantado.
Me uno a ellos para continuar con la travesía. Lo que resultó
ser una estupenda idea pues resultaron ser gente alegre con los que pasé muy buenos momentos estos días.
La mañana siguiente amanece con claros de sol aunque la
previsión no es buena, así llegamos al collado donde toca decidir si seguir por la Faja de las Olas o la más segura en caso de nieve
o mal tiempo que es la el Collado de la Virgen Blanca
El tiempo parece que aguanta, así que optamos por la primera
opción pero cuando nos acercamos a la Faja nos engulle otra vez la niebla
con una especie de "orvallu" que junto con las cascadas que
caen por las paredes nos hace mojarnos a base de bien. Al llegar a
las clavijas y sobre todo en una que recorre en descenso una laja
inclinada bajo el agua me hace pensar lo tenso que estaría aquí en caso de haber
continuado solo.
Sin embargo despeja otra vez cuando llegamos al Collado de
Añisclo. Alucinamos con la inmensidad del paisaje que hasta ahora no habíamos
conseguido ver. Tenemos a nuestros pies el Parador de Pineta donde intuimos los
1200 metros de desnivel que, bastante verticales, nos tocará descender hasta
Pineta. Justo empezamos a bajar y se pone otra vez a llover así que tuvimos que
hacer casi todo este desnivel bajo el agua, despejando casi en el fondo del
valle. A llegar aquí nos habían aconsejado que en caso de posibilidad de que el
río fuera crecido siguiéramos río arriba un par de kilómetros para cruzarlo y
descenderlos después para llegar al refugio de Pineta. Vemos en su lugar un arroyo que
descalzándonos un poco nos permitiría cruzar. Al final ese arroyo fue uno de
tantos que nos hizo andar quitando y poniendo botas con lo cual hasta
perdimos tiempo. Pero había sido otro día intenso y con esta gente
todo resultaba divertido.
Collado de Añisclo
Unos metros antes del Refugio de Pineta
Esta vez no hay video. Con rabia veo que la tarjeta SD de la GoPro se ha estropeado con lo que pierdo las grabaciones del estos dos primeros días y también de la mejor etapa de btt que hice en el Maestrazgo unas semanas antes. Una pena