Nuestro tercer día amanece lloviendo, como no hace frío
decidimos no esperar y salimos bajo el agua. Bordeamos playas hasta llegar
hasta el precioso pueblo de lastres, donde se debió grabar la serie Doctor
Mateo (que no conozco). En ese momento se puso a jarrear de verdad y nos
tuvimos que refugiar en una ermita. Cuando bajó el volumen de agua y bajo
sirimiri llegamos entre sembrados con sus vacas de postal asturiana hasta el
Faro de Luces, un solitario y bonito mirador al Cantábrico. Seguimos por pistas
mientras deja de llover para llegar a Villaviciosa, un buen lugar para un buen
avituallamiento y después continuar por terreno más técnico y duro que nos hará bajar de la bici. Así
hasta llegar a un cruce donde indica el llagar donde la organización nos preparó
una visita guiada. Ya nos estaban esperando, y aunque sabemos que esto es un
reclamo comercial, la amabilidad exquisita de la chica que nos hizo la visita
guiada nos lo hizo olvidar. Una boda no nos permitió ver la sala de las
kupelas, o barricas ,que no recuerdo como las llaman allí, pero a cambio nos
ofrecieron un lunch mayor de lo previsto, que no era poco, con todo tipo de
quesos y embutidos de la tierra, en gran cantidad, todo buenísimo y con la
sidra que quisiéramos. Lástima que el miedo a lo que quedaba de etapa nos hizo
ser comedidos. ¡Qué peligro!
A continuación y por asfalto llegaríamos a Gijón, un
agradable paseo por su largo carril bici y por sus calles comerciales nos llevó
a un hotel en el mismo centro de la ciudad. Nos sentimos un poco marcianos
entre tanto lujo vestidos de ciclistas, las virguerías que tuvimos que hacer
para limpiar las bicis en un rincón del garaje nos reforzaron aún más esa
sensación
Al final llega nuestro cuarto y último día, da pena que esto
se acabe, está siendo muy, muy bonito el recorrido. Salimos de Gijón por
caminos de parques bastantes kilómetros para ciclar por pista entre eucaliptos
y por una larga subida coronar el punto más alto de la Sierra de Fario, bien
cubierta de antenas y obras, (¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡Un abrazo a nuestro local
compañero de ascensión, !!!!!!!!!!!!). Continuamos por rápido y bonito descenso
por asfalto para seguir sobre todo por
pistas con algún tramo de senda, siempre bonitas zonas, divertidas y verdes,
pasando por varios pequeños pueblos .Para variar, empezó a llover -que estamos
en Asturias- para no parar hasta llegar al final de nuevo en Nava, cerrando así
el bucle.
Han sido 216 kilómetros, con unos 5500 metros de desnivel en
4 días. Resultando un recorrido muy variado, con predominio de caminos y pistas
pero con sus bonitos senderos, técnicos y no tanto, con rampas muy, muy tiesas,
buenos desniveles, muchos rincones increíbles y solitarios, que a los que no
somos de aquí nos recuerdan las postales .Nos hemos mojado lo nuestro, pero
nunca nos embarramos demasiado, hemos comido mucho y bien y bebido algo menos
por prudencia pues había que pedalear Pero como otras veces que hemos visitado
Asturias, siempre nos vamos con ganas de volver
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