A principios de enero la tormenta
Filomena cubrió de blanco toda la península Ibérica, sembrando también el caos
en carreteras y ciudades como Madrid. Sin embargo, los que pertenecemos a la
generación del baby-boom recordamos nevadas mayores y sin tanto aspaviento.
Todos los años, un par de veces se cerraban las clases por nevadas que permitían
incluso hacer esquí de fondo por la ciudad, de hecho, fue aquí donde vi por primera vez un esquí, en este caso de fondo.
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Canal de la Bardena |
Pero este temporal me hizo un regalo que igual no se repite y es poder ver la Bardena bien nevada.
La idea era, saliendo de Carcastillo, ir a dar una vuelta en bici. Enseguida vi lo inocente de la misma pues casi no puedo salir del pueblo. Con esfuerzo y resbalones a la salida del mismo consigo tomar la huella de un todoterreno que se adentra por las pistas camino del Monumento del Pastor. Hace un frío helador, en el horizonte un sol tímido y velado y todo está cubierto por un buen manto de nieve polvo. El ambiente es como el que imagino puede tener el paisaje siberiano en invierno. No hay un alma, ni un ruido y me siento afortunado.
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Camino del Monumento del Pastor |
Lo de andar en bici es un decir, los resbalones son constantes y es imposible moverse muchos metros fuera de las huellas del todoterreno. Pero sobre todo porque la magia del momento me obliga a parar constantemente a hacer fotos. Creo que este efímero momento si me quedará grabado en la memoria.
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Monumento del Pastor |
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allí encima, El Plano |
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cabaña Juanillo |
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Piskerra |
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Cornialto |
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al fondo e izquierda, Punta La Estroza, tal vez con las mejores vistas de las Bardenas |
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