Hoy salgo de
la Coma de Ransol. Hasta ahora el único valle que no he visto urbanizado en
Andorra, un lugar de los que dan ganas de quedarse. Y como los días anteriores,
otra vez me encuentro con un sendero-jardín de rododendros y con un bullicioso
río que me acompaña hasta muy arriba y que conforme asciendo veo como cae a mi
izquierda siguiendo una perfecta y larga línea recta. Llego a un cobijo que
puede servir como refugio de emergencia y de donde debía haber una mina de
hierro según he leído, aunque no me imagino en que condiciones se podría
trabajar en semejante lugar ni donde se extraería el hierro pues no queda
ningún resto.
Aquí
el viento otra vez es intenso y más fuerte que los días anteriores. Agacho la
cabeza y tiro hasta el collado y, como suele, aquí sopla todavía más fuerte. Y
así hasta arriba. Esta vez es tan intenso que no es posible resguardarse en la
cumbre ni entre las piedras, así que una foto y enfilo rápidamente hacia abajo.
Me encuentro en el cobijo con un grupo numeroso de montañeros veteranos de
habla alemana, me preguntan por las
condiciones debido al fuerte viento. Les digo que para almorzar no se está bien en la cumbre
pero que está al lado y desde luego es una montaña preciosa.
la cima dsde el Coll dels Meners |
El descenso
bordea de nuevo el río y lleva a los
jardines de rododendros… da pena que se cabe
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