Después de dos meses sin ir al monte, había que probar algo sencillo, y además pisar las primeras nieves. El Bisaurìn es perfecto para esto. Subí y estuve totalmente solo arriba, cosa rara en este monte, disfrutando de una temperatura primaveral con sol de otoño. Eso sí,nieve, poquica. Desde los 2300 m a un poco antes de la cima. Lo justo para darle un ambiente un poco más invernal
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