El penúltimo día de trekking. Tras dejar el campo que nos esperó en la bajada del Mgoun, seguimos por valles de un riguroso mundo mineral para poco a poco empezar a vadear arroyos que se convertirían en nuestra senda después y que se encajaban más y más, hasta convertirse en una estrecha y espectacular garganta, con formas y colores de cuento, y que en algunos puntos hasta podíamos tocar sus paredes con los brazos extendidos. Un lugar para gastar carretes y carretes de fotos. Con final inesperado en un campamento de lujo en otro lugar mágico
Me ha gustado, gracias .Viendo la grabación y leyendo el texto, es como haber estado allí un poco.
ResponderEliminarHa sido un placer
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