Este fin de semana el objetivo era disfrutar del raro, por poco frecuente, placer de disfrutar de la montaña de una forma contemplativa. Para ello me pareció buena idea el circo de Respumoso , un sitio tranquilo , al menos a partir del refugio
Y allí me subí sin prisas y con tiempo para poder disfrutar con tranquilidad, en completa autonomía. Pero no todo va a ser contemplación. Al día siguiente, con el día más fresco del mes de agosto, ascendí a estas dos montes, más solitarios que la más frecuentada, vecina y grande Gran Facha, si bien me sorprendió la poca gente que me encontré por la zona
Las dos tienen vistas espectaculares. Mi intención era hacer también el Cambalés, pero me pareció que saldría un día demasiado largo para llegar a una hora prudencial a casa, teniendo en cuenta que tenía que desmontar la tienda y bajar cargado.
Lástima que el verano sea corto porque estos días largos y templados en el Pirineo, son una auténtica delicia
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