martes, 16 de septiembre de 2025

Con esquís por los Alpes del Valais: De Arolla a Saas Fee. Abril 2025. P...


Casualidades de la vida: en este viaje conocí a un grupo de amigos con experiencia en estas lides, gente maja que hizo que el trayecto fuera todavía más disfrutón. La idea fue suya: se habían quedado sin la última etapa de la legendaria travesía Chamonix–Zermatt por mal tiempo, así que tenían ilusión por acabarla y, de paso, alargarla hasta Saas-Fee, incluyendo algún monte de la zona.

Primer día: hacia el nido de águilas

Arrancamos desde Arolla y dedicamos el primer día a encaramarnos a ese nido de águilas que es la cabaña Bertol. Tiene una entrada curiosa, por unas escaleras metálicas de varias decenas de metros. El lugar es un auténtico balcón sobre los glaciares de Mont Miné, Ferpécle y Manzettes. Los atardeceres y amaneceres desde allí no tienen desperdicio.



Final de la travesía clásica

Al día siguiente finalizamos por fin la legendaria Haute Route. Ascendimos por terreno muy suave hasta la Tête Blanche. En el descenso encontramos la nieve bastante trillada y dura, como resultado de muchos días seguidos de anticiclón, de la época del año y del hecho de que se trata de una de las rutas más transitadas de los Alpes.

Sin embargo, el descenso —largo, muy largo—, con el Cervino de frente y acabando en la misma Zermatt con los esquís puestos, fue una experiencia de esas que bien merecen repetirse.

Hacia nuevos valles: cambio de rumbo

Al día siguiente salimos de forma variada: primero por una escalera, luego con crampones, después por una pista de esquí... y finalmente pusimos focas. Subimos al collado Pfuiwje y desde allí iniciamos el descenso hacia el valle.

Fue un descenso engañoso. Nieve polvo al principio, que luego desaparecía bajo nuestros pies sin previo aviso. Algunos bajamos dejando una huella tipo raya-punto, y sufriendo para salir de esa nieve hueca sin fondo tras cada caída

Último esfuerzo: hacia el Täschhütte

Ya en el fondo del valle (Täschalp, según los mapas Swisstopo), vimos que la vertiente contraria estaba completamente pelada. Tocó remontar un buen desnivel con los esquís a la espalda hasta alcanzar el Täschhütte.

Fin de la primera parte.


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