lunes, 21 de abril de 2025

Trekking al Campo Base del Dhaulagiri. Parte 2. Octubre 2024

Amanece en el campo base del Dhaulagiri.

Partimos entre las grietas del glaciar cubiertas de piedras, bajo la sombra de paredes inmensas por las que retumban aludes de rocas. Hay discusiones entre la guía y el cocinero/jefe de los porteadores sobre el camino a seguir, pero pronto , estos,nos demuestran que lo conocen muy bien.

Ascendemos, dejando atrás el glaciar. El aire se enrarece y cada uno lleva su mal de altura como puede. Alcanzamos el Paso Francés, a 5.300 metros. Allí, nuestra guía realiza su rito: se santigua de forma peculiar tres veces, da una vuelta al hito, reza y recoloca las banderas de oración. Un ritual que no entendemos, pero que respetamos en su solemnidad.


Postureo con el Dhaulagiri detrás


Desde aquí descendemos al Valle Escondido. Los glaciares quedan atrás. Todo es árido, inmenso. Las montañas y sus hielos se alejan. Bajamos rápido hasta las tiendas: aún dormimos a más de 5.000 metros. El frío cala hondo.



Campamento en el Valle Escondido

Al día siguiente subimos al Thapa Pass. El entorno es espectacular estamos rodeados de gigantes de siete y ocho mil metros. Los Annapurnas vigilan, eternos.


Los Anapurnas nos vigilan bajando a Yak Kharka


Descendemos por terreno nevado y niebla hasta Yak Kharka. Es la última noche en tienda. Menuda tarta de celebración nos regaló nuestro cocinero, no sabemos como pudo con tan pocos medios.




Marpha marca el regreso a la civilización.

Carreteras y coches. Un choque que hubiéramos preferido evitar.



Seguimos por el fondo de valle que forma el río Kali Gandaki, una de los más profundos del mundo . Primero por pista, luego entre arrozales. La etapa final nos regala millones de escalones cuesta abajo. Llegamos al final del trekking bendecidos con otro rito incomprensible para nosotros, ofrecido por la familia regente de un lodge. Y luego, el típico destartalado todoterreno que nos lleva de regreso a Pokhara.


En Katmandú, el viaje se cierra. El grupo se despide. Queda el recuerdo de la aventurilla vivida y los deseos de volver a compartir otras







 

jueves, 3 de abril de 2025

Trekking al Campo Base del Dhaulaguiri. Parte 1. Octubre 2024


   Una vez más en Nepal, y sigo viniendo con la misma ilusión. Esta vez, buscando un trekking más bien solitario, visitaríamos el Campo Base del Dhaulagiri, saliendo del valle de Myagdi Khola y finalizando en el Circuito de los Anapurnas. Nos juntamos en Madrid una cuadrilla variopinta: dos parejas de catalanes, una cántabra, un guipuzcoano y yo. Desde el primer momento, se percibe sintonía en el grupo.

Fiesta en Kathmandú (aunque no entendimos que se celebraba)

   Empezamos bien: llegamos a Katmandú, que cada vez se va occidentalizando más, pero sin perder su esencia. Después de un día de turismo, que a todos nos supo a poco, emprendemos el viaje. Al día siguiente, cogemos el vuelo a Pokhara con problemas: mi maleta no llega. Salimos entonces muy tarde, lo que, junto a lo destrozado de las pistas por el monzón, nos obliga a pasar una noche en el camino.

Nuestros porteadores, gracias a ellos pudimos hacer este viaje

   El viaje en todoterreno por estas pistas no tiene desperdicio. Hasta tuvimos que esperar a que pasara un camión al que una excavadora empujaba desde atrás para que pudiera superar los obstáculos. Inimaginable en nuestro mundo de seguridad y normas.

Falta poco para el Campo Base

   Finalmente, iniciamos el trekking. El terreno es selvático y los alojamientos son los típicos que buscas en un trekking con cierto aire de aventura: simples cajones de madera y una manutención sencilla: té y dal bhat. Así llegamos al Campo Base Italiano, a más de 3.000 metros. Aquí nos juntamos con un grupo internacional que intentará más adelante escalar el monte Thapa Peak,mientras nosotros dedicamos un día a aclimatarnos.

Parte inferior de la pared del Dhaulagiri que da al campo base

   Aquel día llegó la noticia de que cinco expedicionarios de una expedición rusa al Dhaulagiri se habían quedado en la montaña. Vimos cómo llegaba un helicóptero con algunos de los supervivientes. Todos nos quedamos impactados.

   Tras la aclimatación, emprendemos el camino hacia el Campo Base Japonés. El terreno cambia: ya es otro mundo, un mundo mineral. Desde aquí, todo es caminar por un glaciar tapizado de rocas hasta llegar al Campo Base del Dhaulagiri.

   Nos impresionan las paredes de montañas de 7.000 metros y, en el macizo del Dhaulagiri, las cumbres de 8.000 metros. Nuestro cerebro no puede asimilar los desniveles de estos muros. Aquí nos encontramos con los restos abandonados de la expedición rusa, junto con los de muchas expediciones anteriores: montones de estacas metálicas, cocinas de queroseno abandonadas, bombonas de butano, basura… Una pena.