sábado, 17 de noviembre de 2018

Aspe. 17 Noviembre 2018. Día de neveros-trampa.




El Aspe es una de esas montañas que subo casi todos los años. Algunos más de una vez pues  por su vertiente sur tiene una esquiada que me encanta.El monte tiene de todo, varias rutas normales, escaladas en roca, corredores, aristas… y todas tienen un ambiente diferente.
Eso sí, es mejor venir cuando esta todo seco, bien nevado o al menos con  nieve bien asentada.Hoy, los neveros que quedan en un suelo tan agrietado y caótico como es el karst de la vertiente de Aisa, al estar sobre una roca todavía caliente y llena de huecos se convirtieron en un terreno muy incómodo de andar. No sabías si la nieve aguantaría tu peso, si te hundirías hasta el tobillo, la rodilla, la cintura o como me pasó una vez hasta el cuello. A  punto estuve de darme la vuelta al seguir una línea de hitos que transcurrían por una zona particularmente pendiente y hueca, tras un par de sustos  (sobre todo el comentado, me hundí hasta los hombros sin tocar fondo) vuelvo tras mis pasos y con tiento llegó a la Brecha del Aspe, donde ya sin problemas y con los pinchos hasta la cima. La bajada por una ruta con más roca y con huella fue más cómoda aunque había que seguir yendo con cuidado  

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