Y otra batallita, esta por los Estados Unidos de México:
Aquel verano llegamos a México sin salir de aeropuertos. Aterrizamos en San Cristóbal de las Casas. La capital de Chiapas. Una preciosa ciudad colorida y colonial que es la puerta a esta región. Chiapas es un mundo todavía indígena, famoso por la inestabilidad política y social, por el abandono tradicional del gobierno y la rebeldía de los autóctonos (acuérdense del subcomandante Marcos). Pronto empieza la impresión, es un mundo de tradiciones y cultura diferentes, aunque hablemos el mismo idioma.
Empezamos navegando por el impresionante Cañón del Sumidero, continuaríamos hacia San Juan de Chamula donde nos encontramos con una iglesia de origen español, en cuyo interior todos los retablos e imágenes estaban apartados en rincones y paredes y en este espacio diáfano se realizaban todo tipo de ritos chamánicos, con hechizos y hechiceros, mucho incienso, decapitación de gallinas, etc. mientras unos señores: “los mayordomos “, vestidos con pellizas de pastor y varas, vigilaban para que el turista no hiciera fotos ( buena golpiza nos esperaba , nos advirtieron). Alguno muy borracho y de aspecto peligroso vino directamente a los únicos turistas que por allí había –nosotros- .Menos mal que la tostada que llevaba le impedía una mínima coordinación. Otro mundo a unos pocos kilómetros de nuestra cultura occidental.
El viaje continua al sur, visitamos espectaculares parajes naturales en la selva: la Cascada del Chiflón, del Velo de la Novia, los lagos de Palenque, senderismo y rafting en la Sierra La Candona (donde los lacandones nos contaron una historia sobre que eran una tribu que no tuvo contacto con el mundo hasta la era de internet y que resultó ser todo mentira), las Cascadas de Roberto Carlos , de Palenque, de Misol Ha. Escondidas en esta vorágine de selva nos encontramos bellísimas ciudades mayas, algunas aun escavándose, estando nosotros solos a veces: las ruinas de Palenque, Bonampak y Yaxilán
Finalizaríamos esta parte bajando hasta el río Suchiate que hace frontera con Paraguay para subir al aeropuerto de Viilahermosa camino de las ciudades más norteñas