En un vano intento
de dar una vuelta en bici por el bosque otoñal nos fuimos a uno de los lugares
más míticos del Pirineo navarro. Y digo vano porque ya las hayas se habían
quedado calvas, pero a cambio tuvimos una espesa alfombra de hojas rojas.
Nos desplazamos hasta Pikatua, en el puerto
de Larrau, también lugar mítico para los
ciclistas de carretera. La ruta discurre por parte de la parte alta de la Sierra
de Abodi, con espectaculares vistas al Pirineo, gira bruscamente para descender
por un hayedo de postal, eso sí, nos lo encontramos peligrosamente resbaladizo, En las Casetas de
Irati seguimos por pistas, también cubiertas
de hojas, pero del que saldríamos para descender y remontar barrancos por
senderos y rincones de cuento .En dos momentos tuvimos que vadear arroyos.
Dudamos si descalzarnos o, como al final hicimos, pasar calzados con el
agua por encima del tobillo. Alguna ventaja tiene el cambio climático pues la
temperatura permitía que chapoteáramos dentro de las
zapatillas. Además ya faltaba poco para cerrar el círculo
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