En la segunda parte del viaje llegamos a Ushguli, uno de los pueblos más emblemáticos de Alta Svanetia, donde se encuentran las aldeas habitadas de forma permanente más altas de Europa. La visión del pueblo, cubierto por un grueso manto blanco, con sus torres medievales, el cielo azul sin una nube y 20 grados bajo cero a las 10 de la mañana, hicieron de la llegada un momento mágico
Rápidamente dejamos nuestras cosas en el alojamiento y al Latpar Covash. Éramos muchos esquiadores; parecía que todo el avión había tenido la misma idea que nosotros.
Compartimos ascensión con dos guías de montaña catalanes que coincidimos en la casa de Mestia: uno esquiaría 30 días en el país, y el otro, 15. En cierto punto de la ladera nos
hicieron un corte estratigráfico de la nieve. Nos sorprendió como se clavaba
casi un puño, a unos 50 cms de la superficie, para que te fíes
En la cima, mucha gente, parecía alguna de las cumbre más
conocidas del Pirineo. Enfilamos el descenso con la habitual y nunca cansina
nieve perfecta. Desde arriba, vimos cómo algunos guías locales bajaban con sus
grupos por líneas que parecían peligrosas. Creímos que conocen muy bien la
zona, e incluso que podrían ser zonas ya barridas por aludes
Disfrutamos tanto del descenso que volvimos a poner focas
para volver a subir…y bajar. Después de gozarla llegamos al
pueblo. La entrada, con esquís por sus calles estrechas, entre torres medievales y casas
de piedra, me parece una maravilla
Más tarde dimos un paseo por este pueblo, que bien se ha ganado el título de Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Caminamos entre el ganado que callejeaba libremente, creando una mezcla entre encierro con vacas atontadas y película medieval.
Llega nuestro último día. Debería ser más corto, pues
tenemos que regresar por estas carreteras nevadas hasta Mestia. Enfilamos hacia
el fondo del valle, hacia el Latpar Pass, pero pronto vemos que queda muy
lejos. Las dimensiones aquí engañan, el
destino está oculto entre la niebla y empieza a soplar el viento. No es muy
intenso, pero la sensación térmica es muy baja.
Todo esto nos hace decidir que lo mejor es descender.
Empezamos con condiciones pirenaicas: nieve venteada, con "tiburones"
asomando... pero pronto llegamos a esa fabulosa nieve que nos ha acompañado
todos estos días, finalizando esquiando en este pueblo de cuento que es
Ushguli, toca carretera hasta Mestia
Fin de la historia.
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