Y sigo con la ruta del Rey Fernando en bici
   La segunda etapa, la más corta, pasa  por Petilla de Aragón. Un islote navarro en
tierras aragonesas. La leyenda dice que en el siglo XII, Pedro I de Aragón la
perdió jugando a las cartas con  el rey Sancho VII  el Fuerte de Navarra. La verdad es que Petilla
fue la señal, junto con los castillos de Gallur, Peña y Ascó que este rey
aragonés ofreció a su homólogo navarro por un préstamo de 2000 maravedíes. En
1231 al no poder devolver el préstamo pasó a manos navarras, hubo  un posterior  intento aragonés de asalto por las armas en
1312 pero sus habitantes aguantaron el sitio.
Continuo hacia Isuerre donde emprendo la subida a la Sierra
de la Magdalena y su ermita. La ascensión, empinada y al sol de mediodía se
hizo bastante dura. Una vez arriba comienza un divertido sendero en sombra que
me deja en la carretera a pocos kilómetros de Pintano. Hoy he hecho unos 40
kilómetros y 1300 m de desnivel  
    Pintano es un pueblo
para desconectar del mundo,  donde los
niños dejan las bicis tiradas en el suelo sin ningún problema hasta el día
siguiente y  los coches quedan  abiertos, donde solo se oyen los pájaros, todo
construido en piedra...una maravilla. Allí nos alojamos en la Hospedería del
pueblo, donde José nos trató con toda la 
amabilidad de mundo, es un placer conocer a gente así. Esa tarde,
visitamos la torre-castillo de Navardún, donde Carlos, fuera de su horario y de
forma totalmente desinteresada nos hizo una interesantísima visita guiada, menudo
pozo de conocimiento en historia la de este hombre. 
   Al día siguiente, el tercero, asciendo por las sierras entre
Bagües y Longás,  lleva mucho tiempo de sequía
y menos mal, pues  en los altos de esta
sierra la tierra del camino y las huellas de algún todo terreno me hacen pensar
que con barro esto debe ser complicadísimo de rodar, una ratonera. Tras la
larga bajada a Longás quedan 800 m de desnivel hasta lo alto de la Sierra de
Santo Domingo y su ermita,el punto más alto de las 5 Villas con sus 1524
metros. Es una dura  subida, sobre todo
los últimos 300 metros, pero las vistas, con la tierras llanas abajo, las
crestas cercanas compensan  todo. Aquí es
evidente que esto es ya prepirineo. No queda 
ya sino bajar hasta Biel, finalizando los casi 54 kms y 1600 metros de desnivel en este pueblo que como aquí suelen está coronado bajo su torre-castillo.
Llama la atención los trazados retorcidos y estrechos de las calles de lo que
fue su importante antigua judería, pues a principios del siglo XV mas de la
mitad de la población era judía.
Al día siguiente empiezo con una larga pero tumbada subida
al Puy Moné, salvando casi 700 m de desnivel hasta su cima, a 1310 m y la
segunda cima más alta de la zona. A continuación un largo y divertido sendero
nos deja en el pueblo de Luesia, sigo después  hasta las pozas de Pígalo, donde a estas horas
los coches me llenan de polvo en sus pistas. Bonito lugar pero está abarrotado
de gente. Toca ya la última subida, paso junto a las Torres de Sibrana  y progresivamente  asciendo a los altos de la Sierra de
Uncastillo para finalizar en este pueblo tras una muy larga y cómoda bajada.
Hoy han sido unos 65 kms y  1350 m de
desnivel.
   Finalizamos el día recorriendo los rincones de esta maravilla
de pueblo, Jesús nos explicó muchas cosas muy interesantes. Estos días no solo
han sido días de btt y esfuerzo, muy solitarios por cierto, sino también  de paseos  relajados  entre piedras casi milenarias repletas de
historia. Historia de la que hemos aprendido mucho, que posiblemente para un
profano cueste encontrar en los libros, en una tierra donde coinciden el
origen  2 reinos, el de Pamplona y el de Aragón
y conocerla mejor ayuda  a ver nuestro
presenta histórico y político con otros ojos
 
 
Interesante narración. En breve inicio la ruta y espero disfrutarla tanto como tú.
ResponderEliminarEso, que la disfrutes, y cuidado con el calor
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