China es el país de los superlativos, es un país inmenso con la mayor población del mundo,las infraestructuras del mayor tamaño del planeta y una cultura forjada en un continuo a lo largo de miles de años que a nosotros se nos hace inabarcable. Un país de contrastes, antes del viaje nos llamaba la atención la inmigración que han desperdigado por todo el planeta sin embargo nos encontramos con ciudades opulentas que viven rodeadas de la tecnología más puntera, con unos mayores que te miraban como si fueras transparente y sin embargo también con una población joven que desea acercarse al turista y conocer. Un país en rápida transformación donde lo que encontramos poco tenía que ver con lo que nos habían comentado otros turistas tan solo unos pocos años atrás
Templo de los Lamas de Pekín |
Empezamos el viaje en Pekín qué puede ser la ciudad con más sabor cultural del país, donde pueden quedar los mayores vestigios que sobrevivieron a la Revolución Cultural, donde conocimos las masificadas Gran Muralla y la Ciudad Prohibida, donde paseamos por las tranquilas calles del Hutong ,las callejuelas del casco viejo de la ciudad y también conocimos la plaza de Tiananmen donde es imposible que la cabeza no se vaya a lo sucedido allí hace ahora 30 años. Camino de Siam hicimos una parada en Pingyao la mejor conservada ciudad medieval que sobrevivió a la susodicha Revolución Cultural, ultra preparada para el turismo pero que no deja de tener encanto con sus callejuelas y sus murallas conservadas como debían ser hace 8 siglos en China
Continuamos por Xiam donde llegamos a una ciudad con un centro de gran lujo, con grandes rascacielos y centros comerciales para pasar a un vibrante barrio dónde se mezcla la cultura musulmana y la cultura china, con una mezquita de rasgos realmente diferentes a los que pueda ver en otros países musulmanes. Conocimos allí los Guerreros de Terracota, una cosa que hay que ver y ciertamente impresiona su calidad para unas esculturas que tienen ya más 2200 años, pero las masas de turistas chinos restaron gracia-En esta ciudad pudimos andar en bicicleta por lo alto de sus murallas, restos de hace ya siete siglos y de un tamaño tal que podrían por su parte alta circular los coches en los dos sentidos.Y hasta aquí la primera parte del viaje, en el que cada día tenía un sinfín de pequeñas aventuras… al intentar movernos por la ciudad, al comunicarnos con sus habitantes y sobre todo cada vez que nos sentábamos a comer
De pintxos por Xiam
Modernidad y tradición.En bici por las murallas de Xiam |
Novia en las murallas de Xiam |
El Buda Feliz, que no debe ser Siddharta Gautama sino un monje del siglo X |
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