Para muchas culturas las montañas han sido y son lugares sagrados. Tierras que separan naciones y unen pueblos, lugares donde el hombre percibe fuerzas que apenas entiende y que sintiendo su intensidad,"se siente" libre. Y así busca su fuerza, su energía, su placer, en las alturas, en los vientos, en los colores, en los otros. Compartiendo el mundo con los dioses...Y yo me incluyo.
He aquí algunos de esos momentos
En un vano intento
de dar una vuelta en bici por el bosque otoñal nos fuimos a uno de los lugares
más míticos del Pirineo navarro. Y digo vano porque ya las hayas se habían
quedado calvas, pero a cambio tuvimos una espesa alfombra de hojas rojas.
Nos desplazamos hasta Pikatua, en el puerto
de Larrau, también lugar mítico para los
ciclistas de carretera. La ruta discurre por parte de la parte alta de la Sierra
de Abodi, con espectaculares vistas al Pirineo, gira bruscamente para descender
por un hayedo de postal, eso sí, nos lo encontramos peligrosamente resbaladizo, En las Casetas de
Irati seguimos por pistas, también cubiertas
de hojas, pero del que saldríamos para descender y remontar barrancos por
senderos y rincones de cuento .En dos momentos tuvimos que vadear arroyos.
Dudamos sidescalzarnoso, como al final hicimos, pasar calzados con el
agua por encima del tobillo. Alguna ventaja tiene el cambio climático pues la
temperatura permitía que chapoteáramos dentro de las
zapatillas. Además ya faltaba poco para cerrar el círculo
Y otra batallita, esta por los Estados Unidos de México:
Aquel verano llegamos a México sin salir de aeropuertos. Aterrizamos en San Cristóbal de las Casas. La capital de Chiapas. Una preciosa ciudad colorida y colonial que es la puerta a esta región. Chiapas es un mundo todavía indígena, famoso por la inestabilidad política y social, por el abandono tradicional del gobierno y la rebeldía de los autóctonos (acuérdense del subcomandante Marcos). Pronto empieza la impresión, es un mundo de tradiciones y cultura diferentes, aunque hablemos el mismo idioma.
Empezamos navegando por el impresionante Cañón del Sumidero, continuaríamos hacia San Juan de Chamula donde nos encontramos con una iglesia de origen español, en cuyo interior todos los retablos e imágenes estaban apartados en rincones y paredes y en este espacio diáfano se realizaban todo tipo de ritos chamánicos, con hechizos y hechiceros, mucho incienso, decapitación de gallinas, etc. mientras unos señores: “los mayordomos “, vestidos con pellizas de pastor y varas, vigilaban para que el turista no hiciera fotos ( buena golpiza nos esperaba , nos advirtieron). Alguno muy borracho y de aspecto peligroso vino directamente a los únicos turistas que por allí había –nosotros- .Menos mal que la tostada que llevaba le impedía una mínima coordinación. Otro mundo a unos pocos kilómetros de nuestra cultura occidental.
El viaje continua al sur, visitamos espectaculares parajes naturales en la selva: la Cascada del Chiflón, del Velo de la Novia, los lagos de Palenque, senderismo y rafting en la Sierra La Candona (donde los lacandones nos contaron una historia sobre que eran una tribu que no tuvo contacto con el mundo hasta la era de internet y que resultó ser todo mentira), las Cascadas de Roberto Carlos , de Palenque, de Misol Ha. Escondidas en esta vorágine de selva nos encontramos bellísimas ciudades mayas, algunas aun escavándose, estando nosotros solos a veces: las ruinas de Palenque, Bonampak y Yaxilán
Finalizaríamos esta parte bajando hasta el río Suchiate que hace frontera con Paraguay para subir al aeropuerto de Viilahermosa camino de las ciudades más norteñas
Y haciendo honor al título de este blog, recuerdo una aventurilla que con unos aguerridos montañeros y viejos conocidos de otras historias, tuvimos hace ya más de año y medio. Fuimos a hacer esquí de travesía a las montañas eslovacas. Los Altos Tatras. Estos montes forman la parte más noroccidental de la cordillera de los Cárpatos. Es esta una cordillera que con forma de hoz discurre por los países de Rumanía, Ucrania, República Checa, Eslovaquia y Polonia. Formando una de las tres grandes cordilleras de la orogenia alpina junto con los Alpes y los Pirineos.
Localización de nuestra zona
preparando avitalluamientos
No son montañas muy altas, tampoco excesivamente alpinas excepto en los Tatras, donde se encuentra la mayor concentración de sus mayores alturas, que suelen rondar en sus puntos más altos los 2500 metros. Esto hace que para el esquí de travesía rápidamente las pendientes se empinen, las vueltas maría aparecen pronto cerrándose enseguida. Y a pocos collados y cimas llegaríamos con los esquís puestos. Todo esto nos hizo recorrer rutas circulares, atravesando collados y cimas (Salatin,Tri Kopy, Pachola, Spalena) con pendientes a veces bastante potentes
Arriba y abajo, hacia el Salatin
hacia el Try Kopi
Al final de cada día , tras bajar de aquellas cumbres de nombres difíciles de recordar, nos esperaba el alojamiento en una casa de lujo en Zuberec, con espa al aire libre y saboreando las ricas cervezas de este país
Castillo de Orava, donde s gravó la película Nosferatu
El Bacías, monte del Balneario de Panticosa que sus grandes hermanos de la zona lo hacen aparentar humilde sin serlo tanto, que por algo pasa de los 2700 m.. Ascensión siempre agradecida entre lagos y tremendas vistas y que espero que cuando vuelva sea con esquis.
Tengo amigos de lejos de estos valles que cuando por
aquí han venido se han vuelto con la idea de que han estado en el
Pirineo navarro. El más fácil acceso desde el Valle de Roncal y la toponimia les confunden,
y es que ,por ejemplo, Acherito viene del vocablo vasco Atxa (Peña ) como
Achar de Alano o Castillo de Acher. Y esto nos retrotrae a aquellos orígenes
del protoreino y reino de Pamplona ,allá por los siglos diez y once.
Este día uniríamos
las cumbres del Mallo de Acherito, que tan buenos recuerdos nos trae por ser
posiblemente la mejor esquiada del valle, y el más bonachón Chinebral de
Gamueta. En un día otoñal que disfruté con la buena compañía de Begoña y Alazne
Seguimos viaje hasta Tashkent, que es la capital del país. Poco queda del resplandor arquitectónico de las ciudades anteriores. Sin embargo nos encontramos con la estética soviética, con uniformes urbanizaciones, grandes parques, el impresionante memorial de los caídos en la Segunda Guerra Mundial (un millón de uzbekos) y el metro, que parece un museo y que imagino que parecido al de Moscú.
Ha sido un cambio de arquitectura, cultura e historia este final del viaje. Un cambio que ayudaría para otro menos deseado, el del final de un viaje y vuelta a la vida diaria
Y siguiendo con el viaje a Uzbekistán, llegamos a
Khiba, en avión, nada que ver con el talgo de los años 70 con los marcos
de madera en las puertas y maquinaria soviética que nos dejó en Bukhara. Khiba
es otra perla, como merece el último oasis antes de que la Ruta de la Seda
entrara en el inmenso desierto iraní.
Nos alojamos en una
antigua madraza, aquellas escuelas coránicas donde estudiaban y vivían estudiantes.
Y en sus celdas l, transformadas en habitaciones pasamos las noches.
Atravesando
sus murallas entramos al casco viejo, que es un cuento de ladrillo cocido,
donde cada uno de sus infinitos rincones da para gastar un carrete de fotos.
Este fin de semana el objetivo era disfrutar del raro, por poco frecuente, placer de disfrutar de la montaña de una forma contemplativa. Para ello me pareció buena idea el circo de Respumoso , un sitio tranquilo , al menos a partir del refugio
Y allí me subí sin prisas y con tiempo para poder disfrutar con tranquilidad, en completa autonomía. Pero no todo va a ser contemplación. Al día siguiente, con el día más fresco del mes de agosto, ascendí a estas dos montes, más solitarios que la más frecuentada, vecina y grande Gran Facha, si bien me sorprendió la poca gente que me encontré por la zona
Las dos tienen vistas espectaculares. Mi intención era hacer también el Cambalés, pero me pareció que saldría un día demasiado largo para llegar a una hora prudencial a casa, teniendo en cuenta que tenía que desmontar la tienda y bajar cargado.
Lástima que el verano sea corto porque estos días largos y templados en el Pirineo, son una auténtica delicia
El macizo de Bernera es una sierra kárstica que separa, de forma paralela al eje pinenaico, las cabeceras de los valles de Aragües del Puerto y Aisa.
Es esta una ruta solitaria. En un fin de semana de agosto solo me encontré en la cima del Bozo de Bernera a otra montañera solitaria…
Es una ruta muy variada: inicio hacia el Collado del Bozo siguiendo la gr 11, sigo camino del Paso de Esper para, a mitad de camino, girar bruscamente a la izquierda. Me encaramaría por una zona kárstica muy rota, sin senda ni mojones, a un valle colgado, también kárstico, teniendo que tirar de GPS y, que por un rato que me perdí, transitando por zonas hendidas por gritas muy muy afiladas.
La sección final al Bozo de Bernera ya es más suave, más aún la sección al Bernera o Pico de mediodía. De aquí, descendiendo por un caos de bloques, ya con algún mojón, empalmaría con la otra variante de la gr 11, que viene del Ibón de Estanés, ya muy cerca del refugio de los Forestales y de Lizara.
Vuelvo a una de mis montañas test. Porque tiene un desnivel
majete que me sirve para medir como funciono. Y porque las montañas del
Balneario de Panticosa me siguen
pareciendo una maravilla
Uzbekistán es el nudo de la Ruta de la Seda. Aquella autopista de artículos de lujo que desde hace 3000 años, hasta la caída de Constantinopla o el descubrimiento de América, los transportaba desde el más lejano oriente, norte de África y centro de Asia hasta el Mediterráneo. Dentro de este país, Samarcanda era el centro de este nudo Una ciudad de historia apabullante, de más de tres mil años de antigüedad. Una de las ciudades más antiguas del mundo aún habitadas y donde se refleja toda esta riqueza generada por el comercio y donde se mezcla cultura islámica, la herencia persa y la oriental. Entre sus hitos históricos destaca por ser la tumba de Tamerlán o Timur el Cojo. Conquistador y estadista que creó uno de los imperios más extensos de la historia, también a costa de cargarse a 17 millones de personas, un 5% de la población mundial de entonces.
El viaje continúa hacia Bukhara, una ciudad que floreció en un oasis a lo largo de esta ruta, en medio de vastas extensiones desérticas. Otra joya de belleza y cultura, que invita a explorar su rica historia.
Una
vuelta a mis orígenes que prácticamente tengo olvidados. Busco un objetivo que
huya de las aglomeraciones veraniegas. Fue un día en solitario, disfrutando
para mí solo de la cumbre, con una temperatura perfecta, con un silencio solo
roto por el run run de fondo de la cantidad de gente que tenía en la
cercana cumbre del Bisaurín, justo enfrente y al sur
San Lorenzo, con sus 2271 m,es el monte más alto de la Sierra
de la Demanda y el segundo del Sistema Ibérico. En su cumbre habitaba el dios
celta que los romanos llamaron Descertius, y que San Millán expulsó de su cumbre con ayuda de los ángeles
para poner en su lugar al Dios cristiano. Nosotros cuando llegamos arriba no
vimos ni a uno ni a otro, simplemente no vimos nada por la niebla que nos
envolvía.
la niebla entra y sale
La ruta parte de
Ezcaray por una GR con potentes rampas que a veces nos hacen bajar de la bici,
seguimos por sendero en un frondoso bosque que se transforma en pista para
llevarnos al refugio de Bonicaparra (arreglado a tope, ojalá hubiera refugios
así en el Pirineo). Continuaremos por pistas y caminos cubiertos de
hierba y preciosos senderos, muy técnicos para nosotros a veces (el de los de los Serranos por ejemplo)
que nos llevarán por encima de las pistas de esquí de Valdezcaray.
San Lorenzo al fondo
Toca entonces
empujar la bici por pendientes imposibles
y así, andando unas veces y pedaleando otras, llegamos al punto más alto de la
estación de esquí y con la bici al hombro hasta la cumbre. El descenso arranca
ente la niebla por senderos rápidos y pedregosos,
nos deja enuna pista con espectaculares vistas, y por prados llegamos al tramo final, que prácticamente ha
desaparecido entre árboles caídos y un firme formado por una mezcla de boñiga
de vaca removida y barro.
Dura ruta, difícil para nosotros, pero será la que más nos ha gustado en mucho tiempo
Ese día queríamos subir al Ioar desde Santa Cruz de Campezo,
pero nos encontramos que se celebraba la Euskobike Chalenge, así que buscamos
un plan B. Lo encontramos en Cabredo, un pueblito que desde Viana siempre nos pilla de paso y
que recordamos por el frío que pasamos aquí en invierno. Subiríamos pasando por
los hayedos que adentran en la montaña alavesa a la vertiente sur de la Peña del Castillo, o León Dormido
para los locales, para rodearlo y bajar a Angostina, ya en Álava y empalmar con
el camino de subida
Estos días parecen ir de mugas. Hoy entre el Bierzo y Galicia. El pueblo
de salida, Ambasmestas, es punto de partida para una de las etapas más duras
del Camino de Santiago Francés: la subida a O Cebreiro. Pero yo subiría a
un montecillo en su suroeste: O Cancileiro. Bajaría después al fondo del valle,
en un terreno tan frondoso o más que el orensano de hace unos días. Daría una
vuelta por Villafranca del Bierzo y volvería a media ladera por la otra vertiente, dejando siempre
el valle abajo, por una variante del Camino de Santiago, (de Pradela) con
ascenso a una cota con repetidor sin nombre en los mapas. Variante solitaria que resultó dura para hacerla en bici
Una escapada rápida a Galicia, al suroeste de Orense. Al rincón donde mugan
Zamora, Orense y Portugal. En un macizo muy extenso conocido como Pena Maseira.
Salgo del pueblo de A Mezquita por el Camino de Santiago.
Es una variante en la
que no me cruzo con nadie y que ahora es una alfombra de flores. Por la
parte más baja cruzo varias pequeñas y sencillas aldeas pero también
varias bolsas de agua en las que tuve que hacer virguerías para pasar.
Además tocó descalzarme un par de veces para, con la bici al hombro, vadear
arroyos con más de dos palmos de agua. La parte alta es monte bajo
que en esta época del año estaba a tope de retamas en flor contrastando con la
frondosidad rabiosa del fondo de estos valles.
Para finalizar la jornada,
comida en un restaurante popular de la zona, con enormes cantidades de comida, incluido
un “medallón” de “cachena”, la ternera típica del lugar. Buenísima carne que se
salía por los lados del plato. Fabuloso
De
chiquillo mi abuelo me contaba las leyendas del brujo Johannes de Bargota. Una
de ellas hablaba de como en plena canícula, en este perdido rincón de Tierra Estella,
aparecía el cura/ brujo/nigromante con nieve en el sombrero y en la capa
diciendo que venía de los Montes de Oca. Con este recuerdo y aquel Camino de
Santiago que por aquí cruza, y por el que pedalee hace muchos años tenía que hacer una visita.
Esta
ruta, partiendo de Belorado, busca las campas de la parte más alta de esta sierra pasando por el Desfiladero
del Garganchón o del Urbión; una frondosa garganta surcada en su fondo por un “single
track” que es una delicia para la BTT
El penúltimo día de trekking. Tras dejar el campo que nos esperó en la bajada del Mgoun, seguimos por valles de un riguroso mundo mineral para
poco a poco empezar a vadear arroyos que
se convertirían en nuestra senda después y que se encajaban más y más, hasta convertirse
en una estrechay espectacular garganta,
con formas y colores de cuento, y que en
algunos puntos hasta podíamos tocar sus paredes con los brazos extendidos. Un
lugar para gastar carretes y carretes de fotos. Con final inesperado en un
campamento de lujo en otro lugar mágico
Situado
en el centro de Navarra, dejo el bonito pueblo de aire medieval de San
Martín de Unx para recorrer sus caminos, muchas veces muy rotos por el
efecto de las aguas, y sus bonitas sendas entre las sierras de Guerinda y Ujué,
hasta el punto más alto de esta sierra, el Txutxu o Txutxo. Resultando un
recorrido muy variado que va desde los viñedos de su parte más inferior al
bosque de suelo herboso de la Fuente de los Angeles pasando por todo tipo de
monte bajo mediterráneo
La ruta de hoy resultó ser
mi última con esquís esta temporada, una pena. Sin embargo fue una buena idea.
En un Pirineo donde la nieve solo se ve entreverada entre cumbres nos
encontramos que las pistas del Portalet en Formigal permiten ponernos los
esquís en el coche. Internet hace de las suyas y somos muchos con la misma
idea.
Comenzamos por las pistas, llegamos hasta la base del collado de
Espelunciecha donde una pala/corredor, de unos 40-45 grados, nos deja en
dicho collado. De allí sin complicaciones a la cumbre, después un
descenso por la norte rápido hacia los lagos del Anayet donde nos paramos a
disfrutar de un pequeño almuerzo al sol .Ascendemos después al Arroyeras
para enfilar un estupendo descenso por el barranco de Culibillas. Tanto
disfrutamos que nos despistamos y nos pasamos el desvío que a nuestra
izquierda nos debía llevar al refugio de la Cabaña de la Glera. Llegamos así
hasta las pistas de Sarrios de Formigal, pero un poco antes, al saltar un bache
me encuentro con un agujero con un buen arroyo debajo. Intento saltarlo
pero no llevo ni velocidad ni técnica y me como el borde más lejano sin que el
esquí salte. Siento mi pierna girar en espiral dentro de la bota mientras me
magino lo peor. Dolorido, después de un buen rato consigo ponerme de pie, andar
lo poco que tuvimos que portear hasta la nieve y foquear
hasta el collado de Batallero para descender definitivamente hasta el
coche de aquellas maneras. Como dije, se acaba la temporada de esquí, una
temporada escasa de nieve porque no ha caído, por las obligaciones
y finalmente por la lesión que me dejó esta caída y que me
impedirá salir a la montaña una temporada
Y siguiendo con el viaje volvemos a la pequeña
estación de esquí de Arxena. La idea es hacer una travesía que desde las
montañas que coronan esta estación baje a Restelicë. Un pueblo que, visto desde
arriba, se ve como de cuento, ocupando un amplio collado. Después pasaríamos un
segundo collado para descender a la estación. Pero cuando después de dos cimas
suaves descendemos hacia el pueblo, la nieve se acaba pronto, llegando
caminando hasta el pueblito. Nos sentimos raros andando por sus
empinadas callejuelas con las botas de travesía y los esquís a la espalda.
Llegamos así al centro del pueblo, delante de su mezquita se nos acercan los
adolescentes con curiosidad. También un tipo que parecía ser una autoridad y
que se empeñó en darnos conversación en italiano. No sé si al final cayó en que le
entendíamos la mitad. Nos dimos cuenta entonces que el collado pendiente estaba
al menos a dos horas y sin nada de nieve. En esas condiciones llegaríamos al
anochecer y el descenso tendríamos que hacerlo a oscuras. Así que decidimos
llamar al hotelque mandó un todoterreno
a buscarnos
Viendo que no hay mucha nieve y que parece que en Kosovo hay
algo más, retrasamos el paso a Albania que nos tocaba al día siguiente. Vemos
en el mapa que desde parte una carretera que desde Dragas por un collado a más
de dos mil metros pasa a Macedonia. Decidimos seguir por esa carretera hasta
donde nos permita la nieve. Fue un acierto. Esquís desde el coche, día disfrutón por suaves pendiente y descensos
con buena nieve
Tal vez, primeras con esquís en Brazovica
Esa misma tarde pasamos ya Albania con el objetivo de
intentar el punto culminante del viaje: el Korab, la cima más alta de Albania y Macedonia. En el traslado tuvimos, para mí, el momento
más peligroso del viaje. A Jordi le tocó conducir de noche por las
estrechas y retorcidas carreteras albanesas. Atravesábamos pueblos sin ninguna
iluminación donde la gente, vestida con ropas oscuras, caminaba por estas
carreteras sin arcén, imaginamos que camino de las mezquitas, pero eran como
fantasmas oscuros que aparecían en cualquier momento al lado del coche. Además
de vez en cuando nos encontramos con boquetes en el asfalto sin más
señalización que unas piedras alrededor. Llegamos así a nuestro alojamiento,
donde la familia nos reservó una cena en un restaurante de la zona. Llegamos y
en el parking varios coches de alta gama, dentro los paisanos eran como otros cualquiera,
como los que nos habíamos cruzado por estos pueblitos. El cordero a la brasa que
nos sirvieron va a ser difícil de olvidar
Y llega el último día, con un tiempo perfecto pasa rápido la
hora y pico de porteo que tuvimos hasta calzar esquís. Con cuchillas llegamos
por pendientes moderadas hasta unos 200 metros de la cima donde ponemos
crampones. Llegamos todos arriba, disfrutamos del amplio paisaje de montañas, y
nos regodeamos haciendo fotos antes de emprender el último descenso, que con un
predominio de nieve dura que no transformó, nos llevaría andando hasta otro de estos pueblitos típicos de este
viaje, con su mezquita dominando el pueblo. No queda sino volver a casa y dar
gracias a Begoña, Jordi, Alberto, Javi, Mariaja, Quique, Joaquín y Josema por compartir este viaje
Igual
me repito, pero hay ansia de nieve después de un año tan miserable en cuanto al
blanco elemento. Así, nos juntamos una buena cuadrilla para hacer el Pico
Lecherines. Fue una buena alternativa al frecuentado Aspe. Todavía con nieve abundante, de hecho, los últimos kilómetros de la carretera los hicimos con los esquís
puestos.
El sol pronto está alto y calienta, pero giramos enseguida al oeste
entrando en un valle en sombra que nos lleva a la base de una muy larga
pala que con cuchillas nos lleva al Collado de Estiviellas, donde dejaríamos
los esquís para, por un sencillo corredor, subir a la cumbre. El
descenso del collado empezó siendo una maravilla, pero cuando pasamos de la
sombra al sol enseguida se transformó en nieve enganchona y tuercerodillas. Y
así, con cuidado, pero con nieve hasta los coches, kilómetros más abajo de
donde generalmente se calzan los esquís, acabamos esta estupenda ruta
Este final de invierno nos ha traído un regalo en forma de
un buen paquete de nieve, lo que nos va apermitir hacer esta ruta que incluso un año normal es difícil encontrar
en condiciones .Así, una calurosa mañana de mediados de marzo, nos juntamos con
los esquís José Mayora y yo ,y otro Javier,
que va a hacer la misma ruta con raquetas.
Salimosdesde
el mismo Camping de Oza por la carretera
con los esquís puestos ,al final de la pista giramos bruscamente hacia la izquierda hacia
el Collado de Petraficha , al llegar, nuevo giro a nuestraizquierda y con
cuchillas coronaremos la primera cumbre, la del Chipeta Alto. Descendemos de nuevo al collado para
encaramarnos al cordal que une el Petraficha y el Quimboa Alto. Tras recorrer estas cumbres iniciamos el
descenso con unos giros de calidad al principio para enseguida transformarse en
una nieve pastosa, muy profunda y muy difícil de esquiar. Vamos esperando a
Javier, que con raquetas se está dando una paliza tremenda, sobre todo porque no se detienepara no quedarse muy atrás, sin embargo
nuncatuvo un mal gesto ni una mala cara.
Este chaval está más fuerte que el vinagre.
Cerramos la ruta circular viendo como la pista nevada, entre
las altas temperaturas y las orugas de unos camiones militares,
se ha quedado ya sin nieve. Pero ha sido un lujo recorrer este rincón con un ambiente tan invernal en un año miserable de nieves
Viajar a los Balcanes es viajar a una Europa desconocida, exótica y de reciente y turbulento pasado
Y con un pequeño problema empezamos, pues Begoña y yo nos
quedamos tirados en Frankfurt y llegamos a Tirana un día más tarde, así que
tuvimos que buscarnos la vida para llegar al día siguiente a Pizren, ya en
Kosovo. Una bonita ciudad turística donde nos llama la atención la bandera albanesa omnipresente y las
estatuas de sus héroes de la reciente guerra de Kosovo. Curioso lugar, de mayoría musulmana pero con varias iglesias
ortodoxas, lo que nos recuerda que para los serbios es el centro de su muy influyente iglesia, incluso llegó a ser su capital en el siglo XIV
En nuestro destino siguiente, el pueblo de Dragash la
influencia musulmana es más importante, no hay alcohol y nos costó encontrar
donde tomar una cerveza. Enfrente del
hotel teníamos el local de los veteranos del UCK (Frente de Liberación de Kosovo). Repasar su historia reciente impacta
En cuanto a las montañas, nos movemos estos días por los
montes Sar (me disculpo, no sé escribirlo correctamente), que hacen muga con
Macedonia del Norte. El tiempono nos
acompañó en esta parte del viaje. El primer día el grupo solo pudo hacer un
intento bajola lluvia. Al día siguiente
tuvimos mejor suerte pero se cerró la niebla cerca de la cumbrey tuvimos que bajar con ayuda del GPS pero con
buena nieve. Nuestro tercer día nos acercamos a Arxhena, una muy pequeña
estación de esquí,pero el mal
tiempo tampoco nos permitió alcanzar nuestro objetivo, pero volvimos a tener
un estupendo descenso.
Disrutamos mucho de este viaje y de su cultura , que apenas arañamos. No solo de sus montañas. Nos encontamos un grupo muy bien avenido y por si fuera poco, al final del díanos esperaban unas cenas con una tremenda cantidad de comida donde prima
la carne. Mucha carne. Nuestros anfitriones no sabían que hacer para
agasajarnos
En este año miserable en nieve, de pronto el wasap de un inquieto esquiador:¡Buenas condiciones en el Fenias! ¡Sin excesivo porteo!. Entonces a muchos se nos ponen las orejas tiesas y ansiosos nos plantamos en el Balneario de Panticosa. Como un invierno cualquiera, solo que este no lo es por estas temperaturas tan altas y esta ausencia de nieve.
Al final una hora de porteo en zapatillas, cómodamente,sin prisa para dar tiempo a que transforme la nieve. Y así, disfrutando el foqueo en nieve primavera , llegamos a la cumbre con los esquís puestos. Solo una pega menor. Este es un monte-nevera, por eso estas condiciones, pero al entrar la sombra la nieve endureció, pero nos permitió todo el descenso sin problemas. ¿Volveremos a esquiar este año en el Pirineo?
Aiako Harria o Peñas de Aya se pueden considerar las primeras montañas del Pirineo, aunque hay quien dice que este honor lo tendría Jaizkibel o Larhun. Son el resultado de una formación magmática que la erosión dejó sobre la superficie hasta 800 metros sobre el nivel del mar. Y que nos permiten andar y trepar por bosques, praderas y riscos graníticos mientras admiramos el Pirineo (algo) nevado por un lado y el Cantábrico y la costa vasca por el otro
Este fin de semana correspondía salida de esquí de montaña con el Club Deportivo Navarra pero ante la falta de nieve (no he conocido un invierno tan escaso) se optó por esta bonita alternativa con un estupendo final con comida en una sidrería de Irún construida en una ferrería del siglo XIII. Y como debe ser: bacalao, buenas chuletas y bien de sidra. Un placer compartido con los clásicos
Una vuelta por los alrededores de Viana. Para cualquier día si
hace tiempo que no ha llovido y con cierto rodaje, pues salen unos 40 kms con mil y pico metros de desnivel.
Recorre el cordal que de la Sierra de Codés se dirige al este
para, entre pistas de distinta calidad y senderos, atravesando barranco tras barranco,
dejarnos en Viana