Para muchas culturas las montañas han sido y son lugares sagrados. Tierras que separan naciones y unen pueblos, lugares donde el hombre percibe fuerzas que apenas entiende y que sintiendo su intensidad,"se siente" libre. Y así busca su fuerza, su energía, su placer, en las alturas, en los vientos, en los colores, en los otros. Compartiendo el mundo con los dioses...Y yo me incluyo.
He aquí algunos de esos momentos
La Pala de IP es una de las cumbres más altas del macizo de Ip/Collarada, cerrando este por el norte. Son cumbres de importantes desniveles, y generalmente
bastante técnicas siendo esta una de las excepciones. En esta ocasión la ruta sube
y baja por el mismo recorrido, caminando la cuenca del Lago de Ip. Pero hay
otras opciones, por el corredor norte o por la
Moleta y Cresta de la Tronquera, ambas muy visitadas. Todas confluyen en el collado que separa la Tronquera Oriental y la cima más occidental de la Pala , a la que se accede por una arista fácil y aérea en algún momento. Esta variedad de rutas "normales" hizo que no viera a nadie ni en la subida ni en la bajada hasta y desde el collado, pero una vez en el empecé a cruzarme a grupos que procedían cada uno de una ruta diferente
recién salido del bosque
Chalet del Ingeniero
Pala de Alcañiz
El collado al que voy y las dos cumbres de la pala de IP
Arista a la cumbre más occidental
Picos de la tronquera, Bisaurín a fondo
Las dos cimas de la Pala de Ip
Canal de Izas debajo y Canfranc Estación al fondo
Canal dé Izas debajo, Midi detrás, al fondo Balaitous, Palas
Circo de Ip, Collarada,Picos de la Tronquera, Bisaurín..espectacular
Siempre había tenido curiosidad por conocer como
era el Maestrazgo, pues en mi punto friki por la historia me preguntaba como el
general carlista Cabrera había aguantado un año con 25000 soldados después de
que finalizara la primera guerra carlista con el Convenio de Oñate. Cuando
estás allí lo puedes entender. Es un territorio quebrado y aislado, donde las
distancias son cortas en el mapa pero largas derecorrer por las dificultades del terreno. Esto lo convierte en un sitio
estupendo para escaladores y también para ciclistas de montaña, así que no
resulta raro que hayan creado aquí un centro BTT.
Esta ruta corresponde al número 10 de este
centro, es una ruta con mucho asfalto y pista de grava. La elegí pues la tarde
anterior estuvo lloviendo sin parar durante más de 4 horas, así que pensé que
los caminos fuera de estas vías estarían muy difíciles. Sin embargo la
ausencia de tráfico y de entorno hace que hasta el recorrido por asfalto
merezca la pena
Y digo amago por tonto porque a quién se le ocurre ir en
junio al Pirineo sin material para la nieve. Estuve dudando hasta última hora y
el haber hecho el Bisaurín el día anterior sin pisarla me convenció. Error de
novato. Tuve que ir sorteando neveros, al principio sin problemas, pero tras
tomar un sendero paralelo al corredor sur, salí a un nevero con pendiente mantenida y donde empezaba a haber un resbalón con
cortado importante debajo, y no tenía más medio de freno que mis deditos. Empecé
a acumular tensión, tal vez excesiva, y cuando
llegué al collado ya cerca de la cima, no me atreví a pasar el neverito de unos 15 metros típico que
cae a los dos vertientes .Mira que este
monte lo he hecho tropecientas veces pero me vinieron muy negros recuerdos de una experiencia en esta
montaña que me dejó huella. Además hace unos años y con las primeras nieves,
también yendo solo, tuve un susto al ceder la nieve bajo los pies quedándome
colgado de los codos sin tocar base. Conclusión, nunca menospreciar la montaña y siempre pecar
por exceso, que no por defecto.
Llevo nueve meses sin andar por la montaña, y dos sin pisar
el Pirineo desde que colgué los esquís. Así que hoy es un reencuentro. Día de
paso tranquilo y reflexivo, alejado del reloj y de las prisas. Sin más compañía
que la niebla y algún pájaro. Tan solo en la bajada me crucé con algún
montañero solitario y despistado como yo.
De la montaña nada
tengo que decir. Hay mucha información por todos lados. Somos muchos los que
hace tiempo perdimos la cuenta del número de veces que la hemos ascendido y sin
embargo seguimos disfrutando en ella.
Agüerri izquierda y Bisaurín derecha desde el Puntal Alto del Foratón