Primera salida del Club Deportivo Navarra de esquí de montaña después de un año y medio tras suspenderlas por la pandemia. Los cambios organizativos por seguridad le quitan algún aliciente, pero aun así, la esperábamos con ganas
Las condiciones del Pirineo ahora están difíciles, después de
casi mes y medio sin nevadas, con días de lluvia y frío, el Pirineo es un mar
de montañas de hielo. El Aspe, bonita
montaña con un estupendo descenso
orientado al sur, es una buena opción en estos días.
Comenzamos con un corto porteo y enseguida llega la nieve-hielo. Subimos por nieve-espejo con el crujido del crampón -que
hoy tiene que ser de acero- de fondo. Pero en cuanto la pendiente tumba, el sol
empieza a hacer su trabajo y podemos poner los esquís que ya no quitaremos
hasta la base de la última pala. Todo está previsto y por eso salimos tarde y
subimos despacio. Hay que dar tiempo a que la nieve transforme. Y así, quién lo
diría en otras orientaciones, arrancamos la bajada a una hora que generalmente estaríamos
eh la mesa esperando a comer, pero con
buena nieve que, disfrutando como nos gusta, nos dejaría muy cerca de los coches