Parece
que está va a ser la última salida de esquí de montaña de la temporada. En
estos tiempos tan feos Larra nos ha dado mucha vida. Reconozco que me dejo
llevar pero mis compañeros de ruta han sabido buscar rincones nuevos en esta
zona, lo que tiene mérito después de estar andando por la zona durante tantos años. Hemos estado esquiando sobre la nieve que cayó con la tormenta Filomena.
Desde entonces solo ha caído una nevada que fue seguida de varios días de
vientos intensos. Incluso ha llovido. Aun así hemos podido aprovechar bien la
temporada.
Ese día ascendimos –otra vez- a dos clásicas de la zona pero con buenos descensos. Subimos al Anie por la normal, por un terreno muy trillado por las huellas de la gente que fue a patita para bajar por la cara noroeste. Algunos por un empinado corredor desde la misma cima que a mí me impresionaba imaginarlo descender. Continuamos bordeando el Contiende(o Countende según mapas) y empalmamos giros hasta la cabaña de Cap de la Baitch, en el valle que finalizaría en el Circo de Lescún. Más de 800 m de desnivel mantenido, una gozada, con un ambiente ya primaveral que da pereza dejar. Ponemos focas para subir hasta un poco más adelante del Col des Anies, donde parte del grupo vuelve al coche y otros continuamos rodeando de forma ascendente el Soum Couy hasta llegar con los esquís puestos hasta muy cerca de la cima. Es la tercera vez que subo esta temporada a esta cima y la primera sin crampones. Rápido descenso después por el Boulevard de las pistas de Arette, que se ha convertido en un clásico, otra vez focas hasta el Collado de Boticoche y para abajo, hasta las pistas de fondo de la Contienda, donde algún tramo al final sin nieve nos avisa que parece que esto del esquí se acaba esta temporada si no se levanta el confinamiento perimetral. Con pena, sí, pero satisfechos de, estando así el patio, hemos podido disfrutar lo nuestro.
Luces raras sobre el Auñamendi, con nieve de primavera muy avanzada(foto de Ángel Pardo) |
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